Era la hora de huir y se fue, sin decir: "llámame un día".

Los besos que perdí, por no saber decir:
 "te necesito".

 Y la vida siguió, como siguen las cosas 
que no tienen mucho sentido.

Una vez me contó, un amigo común, 
que la vio donde habita el olvido.

Donde habita el olvido - Joaquín Sabina.

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