Aturdido por dos nostalgias enfrentadas como dos espejos,
perdió su maravilloso sentido de la irrealidad, hasta que termino por
recomendarles a todos que se fueran de Macondo, que olvidaran cuando el les
había enseñado del mundo y del corazón
humano, que se cagaran en Horacio y que en cualquier lugar en que estuvieran
recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenia caminos
de regreso, que toda primavera antigua era irrecuperable, y que el amor mas
desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera.
Cien años de soledad - Gabriel Garcia Marquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario